Los ojos del mundo observan una isla única

Redacción de La Buena Radio

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Rostro de Ernesto "Che" Guevara, en la Plaza de la Revolución.
Rostro de Ernesto "Che" Guevara, en la Plaza de la Revolución.

Como nunca antes, Cuba, la “Llave del Nuevo Mundo”, llamada así desde su fundación en 1515 por Diego de Velázquez, por ser el puerto entre el nuevo mundo y España, está atrayendo a los turistas de todos los rincones como abejas que buscan la miel del panal.

 

“La gente viene porque piensan que esto va a cambiar”, concluye Santita, una simpática mesera de 23 años, delgada, de tez negra y facciones muy delicadas, que atiende en un restaurante de La Habana Vieja. Hacía referencia al restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos (EU) y Cuba que pusieron fin a medio siglo de enemistad y que tiene en expectativa al mundo.

 

“Pero el pueblo no ha visto el cambio”, aclaró seguidamente con un dejo de resignación y bajo la expresión de la mirada de sus grandes y vivaces ojos; y rápidamente convenció a sus clientes a pedir un postre, con el anhelo de recibir el 15% de la comisión por venta.

 

Y es que la visita del Papa Francisco ha sido como la cereza del pastel. La isla está repleta de turistas, y próxima a romper su récord de los 3 millones de viajeros fijado el año pasado. Hasta julio, 2.2 millones de turistas la visitaron 17 % más que el mismo periodo en 2014, detallan las cifras oficiales.

En Varadero hay más de 60 hoteles que reciben a más de un millón de turistas al año.
En Varadero hay más de 60 hoteles que reciben a más de un millón de turistas al año.

¿Qué buscan? Quizás ser testigos del atardecer en el malecón con sus cielos anaranjados sobre el mar azul, donde las parejas se roban besos y algún guitarrista improvisa una trova de amor para conquistar algunos pesos de los foráneos, o presenciar el legendario show del famoso cabaret de Tropicana, donde las mulatas con diminutas prendas bailan y muestran sus cuerpos esculturales.

 

Sus playas son otro atractivo, en el turístico balneario de Varadero, donde el sol es inclemente, son de arena blanca y aguas transparentes.

 

Las noches bohemias en las que se disfrutan los emblemáticos tragos cubanos: el mojito en La Bodeguita y el daiquiri en El Floridita que inspiraban al escritor Ernest Hemingway. Compartir con su gente alegre y cálida que por doquier canta y baila al ritmo del “son”, o tal vez una mezcla de todo lo anterior.

 

Las características de la isla socialista se perciben desde el aterrizaje al Aeropuerto Internacional José Martí.  Además del color rojo pasión que resalta en sus instalaciones y algunas filtraciones por la cuales se cuela la lluvia caribeña, el olor a tabaco impregnado en el ambiente se inhala incluso desde el desembarco del avión, antes de abandonar la terminal aérea para pisar la ciudad de La Habana.

Vista de La Habana Vieja desde el malecón.
Vista de La Habana Vieja desde el malecón.
Museo rodante cubano, donde se mezcla el ingenio y la creatividad.
Museo rodante cubano, donde se mezcla el ingenio y la creatividad.

Para trasladarse a cualquier punto abundan los vehículos antiguos que si no funcionaran como “boteros” o taxis, serían de colección, la mayoría sin el aval del gobierno, "aquí todo es ilegal chico", se defendió uno de ellos. Causan al recién llegado la sensación de estar sumergido en un viaje en el tiempo, como si el calendario para Cuba se hubiera congelado en enero de 1959 con el triunfo de la revolución socialista liderada por el comandante en jefe, Fidel Castro; aunque ahora comparten sus anchas avenidas con los nuevos autos sedan marca Hyundai comprados por el gobierno.

 

Una revolución liderada por Fidel Castro, Camilo Cienfuegos y Ernesto "Che" Guevara, que se cuenta por el gobierno con orgullo en las propagandas de las vallas en las calles y carreteras con las imágenes de sus rostros en los muros, paredes y edificios del país, también con los logos de los “combativos” Comités de la Defensa de la Revolución (CDR) en cada barrio y con sus más íntimos detalles revelados, paso a paso, en el Museo de la Revolución.

 

Este museo, instalado en el otrora Palacio Presidencial, construido entre 1913 y 1920 es una visita obligada en Cuba para conocer su historia, abarca desde la época precolombina al actual régimen socialista. En su entrada cuenta le recibirá el intimidante tanque de guerra SAU- 100 soviético "con el que Fidel  logró impactos directos sobre el buque Houston equipado por la Agencia Central de Inteligencia yanqui (CIA) para la invasión mercenaria por Girón en abril de 1961" describe la placa a su costado.

Hotel Nacional en La Habana, construido en 1930 al estilo neocolonial.
Hotel Nacional en La Habana, construido en 1930 al estilo neocolonial.
Memorial Granma en el Museo de la Revolución, exhibe los equipos usados en las luchas independentistas de la isla.
Memorial Granma en el Museo de la Revolución, exhibe los equipos usados en las luchas independentistas de la isla.

Pero no todos los ciudadanos parecen sentirse orgullosos de vivir en el socialismo. Ernesto, de 41 años taxista con una hija preadolescente y que llevaba a los turistas a dicho museo, expresó su gran deseo de irse a Haití, “quiero ir a coger el ébola rápido, te mata rápido, es mejor que vivir aquí ... pasas hambre”, dijo confundiendo la nación donde está el brote de la enfermedad.

 

La confusión de Ernesto no es extrañarse, otro de los más evidentes cambios es que desde este año los cubanos pueden acceder a una señal de internet inalámbrica wifi, pero su acceso no es tan popular como el bombardeo de citas revolucionarias y socialistas callejeras.

 

La Rampa, una calle muy comercial rodeada de hoteles y el sitio estratégico donde los cubanos se conectan al internet a precio de oro.
La Rampa, una calle muy comercial rodeada de hoteles y el sitio estratégico donde los cubanos se conectan al internet a precio de oro.

La conexión con el mundo exterior se da en contados puntos estratégicos,  uno de ellos en La Rampa, la calle que comunica con el malecón, donde la gente se sienta a la intemperie con sus aparatos electrónicos y computadoras. Pero es casi un lujo, cada tarjeta codificada, de una hora de duración, les cuesta alrededor de 2 a 3 CUC, el equivalente a 3 dólares, por lo que una buena dosis de conectividad es para ellos una vez a la semana.

 

La expresión de Ernesto brota de sus labios con dejo de desespero sin recordar que cuenta con la libreta alimenticia proporcionada por el gobierno, “es tremenda mierda, eso aquí es como el carnet de identidad, todos la tenemos”, la calificó.  Las negociaciones con EU acotó “son solo para los poderosos, nosotros seguimos jodidos”.

 

A Calito, un estudiante de 19 años, tampoco pareciera importarle mucho las ideas marxistas - leninistas que le inculcaron desde pequeño. Los CDR “eso es una bobería de este país. A mí no me interesa, ya nadie ta' pa eso, ya a nadie le importa la revolución, ya nadie se preocupa”, expresó. Estos CDR surgieron en 1960, en plena efervescencia socialista para vigilar y contrarrestar a las voces opositoras o “contrarrevolucionarias”. Aún reportan al gobierno.

 

Por esta razón, cuando los cubanos piensan diferente o están inconformes lo expresan en voz baja y mirando con cautela, a veces con rabia y tristeza en sus ojos, porque alguien puede estar escuchando.

 

“No nos gusta hablar de política”, aclaró Juan otro joven  taxista. “Un periodista grabó a un compañero sin decirle y lo botaron del trabajo” comentó, también le quitaron la libreta, pero "esperamos que el diálogo [con EU] sea pa' bien".

En el malecón de La Habana se reúnen todas las tardes cubanos y turistas a apreciar la puesta del sol.
En el malecón de La Habana se reúnen todas las tardes cubanos y turistas a apreciar la puesta del sol.
Plaza de Armas en La Habana Vieja, rodeada de iglesias y palacios barrocos de arquitectura colonial.
Plaza de Armas en La Habana Vieja, rodeada de iglesias y palacios barrocos de arquitectura colonial.

Dar una vuelta por La Habana como turista y conversar con los cubanos sin grabadoras que los asusten o fotografiar sus rostros permite que desahoguen su más profundo sentir, identificarte como periodista los pone a la defensiva.

 

"Aunque tengas plata no puedes comprar, los productos escasean ... pero no me gusta ser pesimista, corrigió entonces Santita, la isla “tiene sus cosas buenas también” por ejemplo el desarrollo en educación, ciencia y medicina.

 

Ella se siente afortunada trabajando como mesera de restaurante privado porque la mayoría de los restaurantes son del Estado. Entre comisiones de venta y propinas gana diario 20 pesos convertibles (CUC, la moneda que usa el turista) el equivalente a casi 20 dólares “lo que gana cualquiera en un mes”, dijo, su equivalente son 500 pesos cubanos, aún cuando la vida, incluyendo los alimentos y productos de aseo están fijados al precio que paga un turista.

 

**Se obviaron los apellidos para evitar repercusiones negativas por parte del Estado.